Tener buenos muebles en tu catálogo es importante, pero no lo es todo. Seguro que tienes claro que, si al entrar en la tienda el cliente no se siente cómodo o el ambiente no le invita a comprar, es probable que se marche. Cada tienda es un mundo y, el toque único que puedes darle tú es lo que diferencia realmente a unas de otras pero, aun así, queremos ayudarte a mejorar tu exposición de muebles para captar la atención de el producto y la imaginación del comprador: es lo que le ayuda a visualizar cómo quedará en su casa o, en el caso de negocios de hostelería, en su restaurante o cafetería.
Los mejores trucos para vender más en tu tienda de muebles
Crea ambientes completos
No es lo mismo ver una mesa sola puesta junto a otras tantas, que verla rodeada de sillas, con una lámpara sobre ella y un aparador cerca. Si consigues crear, por ejemplo, la escena de un salón, será mucho más sencillo que los clientes imaginen el mueble en su propia casa y quieran llevárselo junto a unos cuantos completos. En el fondo, cuando los muebles se muestran en escenas completas, el cliente no ve un producto: ve un estilo de vida que quiere para si mismo.
Por ejemplo, en la zona de comedores puedes montar un espacio con una mesa de madera maciza, seis sillas a juego y un aparador bajo. También puedes añadir algo de decoración sencilla (un centro de mesa, unas copas, un cuadro…) para hacer que la escena parezca real y, de paso, multiplicar las posibilidades de venta cruzada.
Guía el recorrido del cliente
Una tienda de muebles no debería ser un almacén lleno de piezas mal organizadas y, siempre que el espacio te lo permita, organízalo de forma que invite a recorrerlo de forma natural, sin saturar. Lo ideal es colocar los productos más llamativos al principio, para captar la atención, y después ir organizando la exposición por zonas: comedor, salón, dormitorio, terraza…
Un recorrido bien planteado ayuda al cliente a orientarse, a comparar y, sobre todo, a pasar más tiempo en tu tienda.
La iluminación como aliada
Lo hemos comentado varias veces a lo largo de los meses, pero es muy importante que cuides la iluminación y la adaptes a cada uno de los espacios de la tienda. Una silla o una cama se ven de una forma muy distinta bajo una luz cálida o bajo un foco más frío y, para lograr el mejor resultado posible, solo necesitas saber qué tipo de iluminación realza mejor cada acabado. Por ejemplo, los muebles de madera clara ganan calidez con luces cálidas, mientras que una iluminación blanca potencia lacados modernos o colores neutros.
Mezcla muebles básicos con otros que llamen la atención
Si te limitas a exponer solo “superventas” puedes provocar una sensación de monotonía porque nada va a destacar por encima del resto. Y si solo muestras muebles de diseño, de inaccesibilidad. El equilibrio está en mezclar con criterio, intentando que crear zonas en las que realmente conectes con los clientes y los visitantes a la tienda.
Si tienes espacio, intenta colocar muebles de uso diario con un diseño sencillo (sillas, mesas, cómodas) junto a algún mueble especial que capte miradas, como un aparador o una vitrina de diseño. La idea es que ese mueble estrella puede atraer al cliente hacia una zona donde descubra también todo lo que necesita para el día a día.
Rotación en la exposición
Si cada vez que los clientes pasan a tu tienda ven la misma exposición van a perder el interés y dejarán de entrar más pronto que tarde. Intenta ir rotando los muebles cada cierto tiempo o crea ambientes estacionales que se adapten a cada temporada para seguir llamando la atención sin necesidad de cambiar todo el catálogo. Puedes pedirle a tu fabricante de confianza que te preste unos muebles para preparar la exposición.
Un ejemplo: en primavera puedes apostar por maderas claras y cojines con colores llamativos y en invierno, intenta destacar muebles en tonos más oscuros combinados con elementos cálidos. Esto no solo renueva la experiencia del cliente, también te permite destacar diferentes productos según la temporada.
Haz que el cliente pruebe el mueble
Cuando hablamos de muebles, mirar no basta. El cliente necesita sentarse en la silla, comprobar la firmeza del sofá o abrir los cajones de una cómoda. Esa interacción refuerza la confianza y convierte la visita en una experiencia mucho más cercana a lo que sentirá en su propia casa.
En muebles para hostelería esto es todavía más importante: poder sentarse en un taburete o en una silla de restaurante marca la diferencia entre elegirla o descartarla.
¡Cuida la tienda!
No olvides que el cliente también juzga la tienda. Un espacio limpio, ordenado y bien decorado transmite profesionalidad y mejora la percepción de calidad de los muebles. Una exposición descuidada, por el contrario, puede echar por tierra todo tu esfuerzo, aunque tengas un catálogo excelente.