Cuando hablamos de muebles de madera para hostelería o para el hogar, muchas veces utilizamos términos como madera maciza, contrachapado o MDF en las fichas técnicas de nuestros productos y queremos aprovechar la ocasión para explicar bien las características de cada material y que podáis entender bien qué aporta cada material antes de elegir un mueble u otro.
Como fabricantes de muebles podemos confirmar que estas diferencias se notan más de lo que parece y, es que, el material usado influye en la estética final del mueble, en su resistencia, su comportamiento con el uso diario y su vida útil. Por eso, en Talaya Ambrona trabajamos con todos estos materiales eligiendo cada uno según el tipo de mueble y el uso para el que está pensado.
Madera maciza
La madera maciza, como el pino macizo con el que fabricamos gran parte de nuestro mobiliario, sigue siendo uno de los materiales que más usamos por su comportamiento a largo plazo.
En mesas, sillas u otros muebles sometidos a mucho peso o movimiento, la madera maciza es la que mejor resultados ofrece a nivel de resistencia y solidez. Hay que tener en cuenta que la madera maciza aguanta muy bien el paso del tiempo, soporta que lo reparemos si hiciese falta y, además, envejece con dignidad, algo que valoran siempre los clientes.
Hay que tener en cuenta que en restaurantes, cafeterías o bares, es normal que el mueble reciba golpes, se arrastre mucho de un lado a otro o sufra cambios de temperatura cuando se apoyen platos muy fríos o calientes. En este tipo de situaciones, una estructura de pino macizo responde y aguanta mejor que otros materiales más ligeros. Además, desde el punto de vista estético, la madera maciza transmite más personalidad porque cada pieza es algo distinta al resto gracias a las vetas de la madera.

Contrachapado
Seguro que ya lo sabes, pero el contrachapado es un material muy utilizado en mobiliario profesional. Hay personas que piensan que el contrachapado se asocia a productos de menor calidad pero, en realidad, cuando se fabrica correctamente, es una opción muy equilibrada que encaja a la perfección en ciertas partes de la estructura de un mueble.
El contrachapado está formado por varias capas de madera natural encoladas entre sí, lo que le da una mayor sensación de estabilidad y hace que funcione especialmente bien en asientos, respaldos o estructuras que necesitan mantener su forma intacta pese al paso del tiempo.
En hostelería, donde hay muebles que se utilizan durante muchas horas seguidas, el contrachapado es la mejor opción porque reduce el riesgo de que algunas zonas de los muebles se deformen y, por eso, es normal que se utilice en sillas y taburetes combinándose muchas veces con estructuras de madera maciza.
Desde fábrica, el contrachapado permite tener una mayor precisión a la hora de crear determinadas formas, lo que es muy útil en diseños más modernos o en muebles que buscan ligereza visual sin perder firmeza.
MDF
El MDF tiene un papel distinto al del contrachapado y la madera maciza. El MDF no sustituye a los otros materiales cuando hay alguna estructura sometida a carga, pero resulta muy útil porque es un material homogéneo, estable y muy agradecido para acabados lacados o superficies lisas. En muebles donde el diseño es más importante que la posibilidad de soportar una gran carga estructural, como paneles o elementos decorativos, el MDF permite conseguir un resultado muy llamativo.
En casa se utiliza mucho en muebles auxiliares como mesitas o muebles decorativos, mientras que en entornos profesionales, su uso suele estar más controlado y siempre combinado con otros materiales que aportan la resistencia necesaria para evitar que se estropee o se dañe al recibir algún golpe.
En Talaya Ambrona lo utilizamos cuando encaja con el diseño del mueble y con su uso final, combinándolo con estructuras de madera maciza y refuerzos de contrachapado.

¿Qué material funciona mejor según el tipo de mueble?
La respuesta rápida es que no existe un material mejor que otro en todos los casos. Lo que existe es una elección adecuada según el tipo de mueble y su función.
En mesas de madera para hostelería, la estructura suele beneficiarse claramente de la madera maciza, especialmente a la hora de dar forma a las patas y largueros, donde la estabilidad es muy importante. En sillas y taburetes, la combinación de madera maciza y contrachapado ofrece un equilibrio muy interesante entre resistencia y diseño.
En muebles pensados para usar en casa, donde se desgastan mucho menos, el abanico de materiales puede ampliarse más, siempre teniendo en cuenta la durabilidad que se espera de la pieza.
Este enfoque es el que aplicamos en fábrica: no forzar un material donde no encaja, sino aprovechar lo mejor de cada uno para conseguir un mueble bien acabado.
¿Cómo influye el material en el mantenimiento del mueble?
No queremos acabar el post sin hablar de otra cosa que suele pasarse por alto: el mantenimiento. Generalmente, la madera maciza admite mucho mejor las pequeñas reparaciones o los lijados o retoques con el paso del tiempo. El contrachapado mantiene muy bien su forma y requiere poco mantenimiento y el MDF necesita un cuidado mayor frente a golpes y suele dañarse más en caso de que se moje o esté en un ambiente con mucha humedad.
Para un restaurante o cafetería, esto es muy importante, ya que un mueble que se mantiene bien durante años reduce sus costes y evita tener que cambiarlo antes de lo debido.
La importancia de fabricar con criterio
Para quien mira desde fuera, dos muebles pueden parecer completamente iguales, pero la diferencia está en el material y en cómo se utiliza a la hora de fabricarlos.
Como fabricante español de mobiliario de madera, en Talaya Ambrona apostamos por combinar pino macizo, contrachapado y MDF de forma coherente, buscando siempre un equilibrio entre estética, resistencia y funcionalidad. Ese criterio es el que permite que un mueble funcione bien tanto en un hogar como en un entorno profesional.







